Navegando por el Rio Celestún
Los flamencos
Un baño en los manglares
Tanto esta excursión como la de Uxmal la contratamos en Nómadas Youth Hostel and Travel Agency. Es un albergue juvenil pero también ofrece excursiones. A mejor precio que en otros sitios.
Nos recogieron en una furgoneta de pasajeros en el hotel, íbamos unas 7 u 8 personas. Al contrario que otros conductores, este era una persona bastante amable y con una conversación muy amena. A mitad de camino paramos en un pueblo llamado Uman para estirar las piernas. Llamaba la atención la cantidad de triciclos que habia aquí, los utilizaban como taxis o simplemente como medio de transporte particular, ya que mucha gente no puede comprar un vehículo motorizado. Dimos una vuelta por el mercado de carne, muy diferente a los mercados de aquí. La refrigeración de los alimentos brillaba por su ausencia, muchas vísceras llenas de moscas y un olor que tiraba para atrás.
En la Reserva de la Biosfera del Río Celestún enseguida tomamos la barca para hacer un recorrido por el río. La máxima atracción aquí son los flamencos, pero resulta que en la época que fuimos habia muy pocos ya que estaban en Río Lagartos. Aun así la excursión estuvo muy bien, desembarcamos en unos manglares donde te podías bañar en unas pozas de agua cristalina, fue lo mejor.Despues de la visita a la reserva nos dirigimos al pueblo de Celestun para comer y luego bañarnos en el golfo de Méjico. Por la tarde vuelta hacia Mérida.
Nos recogieron en una furgoneta de pasajeros en el hotel, íbamos unas 7 u 8 personas. Al contrario que otros conductores, este era una persona bastante amable y con una conversación muy amena. A mitad de camino paramos en un pueblo llamado Uman para estirar las piernas. Llamaba la atención la cantidad de triciclos que habia aquí, los utilizaban como taxis o simplemente como medio de transporte particular, ya que mucha gente no puede comprar un vehículo motorizado. Dimos una vuelta por el mercado de carne, muy diferente a los mercados de aquí. La refrigeración de los alimentos brillaba por su ausencia, muchas vísceras llenas de moscas y un olor que tiraba para atrás.
En la Reserva de la Biosfera del Río Celestún enseguida tomamos la barca para hacer un recorrido por el río. La máxima atracción aquí son los flamencos, pero resulta que en la época que fuimos habia muy pocos ya que estaban en Río Lagartos. Aun así la excursión estuvo muy bien, desembarcamos en unos manglares donde te podías bañar en unas pozas de agua cristalina, fue lo mejor.Despues de la visita a la reserva nos dirigimos al pueblo de Celestun para comer y luego bañarnos en el golfo de Méjico. Por la tarde vuelta hacia Mérida.
Gracias por compartir sobre nuestro tan hermoso país. ¡Saludos desde Querétaro!
ResponderEliminar